Pink Floyd’s The Wall

Este texto lo escribí hace muchos años tras ver la película de The Wall, totalmente recomendada y hoy tras escuchar el audio de Bar Bedel sobre Pink Floyd, he dedicido dejaros aquí.

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Pink Floyd’s The Wall nos cuenta la vida de Pink, un niño que pierde a su padre en la segunda guerra mundial, momento en el cual va enloqueciendo poco a poco, y ayudado por una férrea educación, por las drogas y medicamentos se va volviendo loco poco a poco, hasta crearse un personaje paralelo, un dictador que pretende tomar Inglaterra empezando por Brixton. Pero el dictador sólo existe en su mente, puesto que en el momento en el que en la película surge la nueva personalidad del personaje, es justo después de ser descubierto por el personal sanitario y después de sufrir una metamorfosis interna en el transporte al hospital.

Por el camino hasta llegar a su metamorfosis destruye definitivamente su matrimonio, sus miedos y sus dudas, todos estos perfectamente escritos en la primera parte de la película en la letra de la canción «Mother».

Esta película por otro lado no tiene diálogos, todo el contenido de palabras es el mismo que el incluido en el LP de El Muro de Pink Floyd, con lo que al final es una especie de videoclip de una hora y media, que le da imagen a un disco que tiene una continuidad canción tras canción.

Por otro lado es muy sorprendente que exista la creencia popular que este disco habla del Muro de Berlín, del telón de acero y del comunismo, cuando no tiene nada que ver, se trata de una introspección en la vida del propio personaje.

Lógica de la simulación

La película me ha parecido un ejemplo bueno para las teorías de Braudrillard, ya que va modificando la semiótica desde el inicio de la película hasta el final, al inicio de la historia intenta reflejar una realidad, la historia de un niño que ha perdido su padre, y finaliza mostrándonos una realidad totalmente inexistente, que es la realidad creada dentro de la mente del protagonista, en el momento en que se ve como un dictador ante las masas, pero mostrándonos esos momentos como si fueran una realidad.

La película comienza mostrándonos la historia desde una perspectiva más histórica y personal, desde esta perspectiva mostrada al inicio de la película podemos ver al protagonista de la película como recuerda su niñez, reflejado como un niño pequeño que encuentra a faltar a su padre, un niño en el colegio, etc, sin embargo según va avanzando la película empezamos a ver como la hiperrealidad empieza a apoderarse de la película, se empiezan a proyectar los sentimientos del protagonista y ya no la historia desde fuera.

La escena en la que está en la piscina bañandose en sangre, el momento que le acosan los demonios, representados por animación, y llega al punto álgido en el momento en el que el personaje sufre una metamorfosis en el momento que el personal sanitario le encuentra en el hotel y se lo llevan. Mientras lo están sacando del hotel empieza a convertirse en una especie de crisálida y al llegar a la calle sale de la crisálida, de repente la supuesta ambulancia es un coche con chófer y el protagonista viaja detrás vestido de dictador, yendo a pronunciar un discurso. Justo tras la metamorfosis podemos decir que se produce el autentico simulacro, se empieza a mostrar directamente los pensamientos del protagonista, como si se tratase de la realidad, sin ninguna diferencia.

Crisis de lo real

La película está plagada de sucesos que aún no siéndolos se convierten reales, aportando las imágenes necesarias para indicar esa percepción de real.

En la película utiliza los últimos 22 minutos de la película completos a este aspecto. La película nos está mostrando algo que no es real ni si quiera en la propia película, nos está mostrando la propia realidad del autor, pero la película también tiene multitud de momentos en los que la realidad se transforma en animaciones, porque no es posible utilizar ninguna imagen real de un sentimiento, como puede ser el miedo, y este caso se acude a animaciones, como la imagen que ilustra este párrafo representando el propio miedo del protagonista. Recordemos que tal y como dijo Fernando Lobo hablando de Sierra Leona en El País “[…] sin imágenes nada es real”, esta necesidad de dar realidad se cubre en el caso de esta película con animaciones.

También me gustaría comentar que en esta película en determinados momentos, se pretende hacer desaparecer la realidad, incluso la realidad del propio protagonista, como es el caso de los últimos momentos o el momento en el que el protagonista ya convertido en dictador desfila por las calles de Brixton con un puñado de seguidores el lo ve como un gran ejercito representado por los martillos, nada más alejado de la realidad, pero representado como si fuera la propia realidad, quizás el personaje protagonista de la película vea muchos más seguidores de los que realmente tiene, quizás se quiera ilustrar esa creencia con estas imágenes, personalmente creo que es así.

Rituales de la transparencia

Los rituales de la transparencia hacen referencia a lo que no puede ni debe ser visto, normalmente por motivos morales o religiosos, como por ejemplo la pornografía.

Esta película también está plagada de momentos que podrían ser reconocidos como rituales de la transparencia, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una película de 1983, primera legislatura de Felipe González, inicio de la etapa en la que gobernaban Ronald Reagan en EEUU y Margaret Tatcher en el Reino Unido.

En la película tenemos escenas con contenido sexual que aún siendo considerado hoy en día un simulacro más hay que tener en cuenta que la película tiene 26 años.

También tenemos escenas bastante obscenas en las que se puede ver sin ningún tipo de secreto haciendo alarde de ritual de transparencia, como el momento en que el autor se autolesiona al rasurarse, o momento igual de obscenos por lo que se ve y no “se debiera” como el momento en que estalla su locura y agrede a la chica que le acompaña en la habitación del hotel, o los momentos en los que se autolesiona porque simplemente pierde el control, de sus actos, estos son sólo unos pocos ejemplos de lo que moral o religiosamente “no se debería mostrar”, pero se muestra ya que es algo que queda evidenciado.

Estos puntos descritos hacen que cada uno de los momentos que representan pierdan el secreto y el misterio disolviéndose en la comunicación entre la pantalla y el espectador.

Efecto Möbius

En cierta medida el efecto Möbius está incluido en toda la película, impregnándola de las dos caras de la vida del protagonista, por un lado se muestra su problema de salud mental, y por otro lado se muestra su porpia verdad, las imágenes que tiene en su cabeza, con lo que toda la película está compuesta de las dos visiones, una interior y otra exterior. En todo momento se muestra esa dualidad.

Aunque pueda parecer claro cual de las vertienes de la película es la “real”, en ningún momento se dice, con lo que, al menos en mi caso he elegido la que me ha parecido más “real” basándome en mi propia experiencia.

Éxtasis de la comunicación

Todo lo comentado en este texto al final hace referencia al éxtasis de la comunicación, a esa relación semiótica que existe entre significante y significado, entre los objetos, situaciones, personajes y lo que en realidad significan.

En esta película los objetos van conformando su propio significado, por ejemplo el propio muro, que aún estando muy cercano el significado del muro al significado clásico de un muro no es exactamente igual, en esta película el muro no es de piedra, es una barrera que se pone el protagonista para aislarse del mundo exterior. Incluso se juega mucho con los objetos y su significado, otro ejemplo es el momento en el que el muro destruye una iglesia, ilustrado en este párrafo, ¿el protagonista se aísla y rompe sus creencias?, en definitiva, el significante aporta significado por si mismo.

Como ya he comentado hay innumerables ejemplos, como el del niño que se convierte en monstruo justo cuando le rodea el muro, ahí el significado tal vez es en qué se ha convertido el protagonista al aislarse dentro del muro.